Desde la propagación de la pandemia de COVID-19 hemos estado enfrentando diversas crisis, iniciando con la declaración de la situación como pandemia junto las medidas de prevención que se implementaron como el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento (mismas que han alterado el ritmo de vida en la mayoría de las personas). Esta situación ha tenido efectos catastróficos como la pérdida de un ser querido por contagio de COVID-19, problemas económicos, pérdida del empleo, aislamiento del resto de las personas, entre otros.

Seguramente has escuchado que aún no se sabe cuánto tiempo más seguirá esta crisis ni como se saldrá de ella y que además la vida no será como antes, incluso cuando la pandemia esté bajo control. Cabe la posibilidad de una “crisis psicológica”, ya que el dolor por la pérdida de un ser querido o algún otro tipo de pérdida, el miedo o la angustia, la preocupación y la incertidumbre seguirán afectando a las personas.

Con crisis psicológica me refiero a la presencia de un conjunto de síntomas que se han manifestado durante cierto periodo de tiempo y que impactan el pensamiento y el estado emocional y, por lo tanto, el comportamiento de la persona de tal modo que esto interfiere en su vida cotidiana y en su capacidad para relacionarse con los demás. Por ejemplo, la persona, posiblemente debido a la situación crítica que se está pasando, ha comenzado a pensar constantemente que la vida “no vale nada” o que “no tiene sentido”, experimenta un sentimiento de desesperanza, una profunda tristeza, fatiga, insomnio o sueño excesivo, falta de apetito o comer en exceso, aislarse, entre otros; esto al punto de que su vida cotidiana se ve truncada y quizá hasta su salud física también.

Ante esta situación, posiblemente algunas personas tiendan a buscar ayuda psiquiátrica como una opción para que el medicamento les ayude a sentirse mejor, sin embargo, se han realizado estudios que ponen en duda la eficacia de los psicofármacos para el tratamiento de la depresión,  pues se ha observado que en su mayoría sólo tienen un efecto placebo; es decir, la sustancia en sí no tiene un efecto curativo, lo que tiene efecto es que la persona lo ingiera convencido de la eficacia del medicamento. Probablemente suceda algo similar con algunos otros psicofármacos para la ansiedad u otros trastornos mentales.

Por lo anterior y en mi experiencia como psicoterapeuta antes de acudir al psiquiatra y seguir un tratamiento farmacológico considero que los servicios de terapia psicológica son una parte esencial que ayudan a la persona a utilizar sus propios recursos internos e identificar pautas para modificar en el contexto familiar y otros contextos donde interactúa y que, de este modo, recupere su equilibrio y lleve una vida estable.

Kirsch, I., antidepressants and the placebo effect, Zeitschrift Fur Psychologie 2014; 222(3): 128–134, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4172306/, 2014

Centro para el control y la prevención de enfermedades, Estrés y como sobrellevarlo, https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/daily-life-coping/managing-stress-anxiety.html, junio 2020.

ONU, Los servicios de salud mental son parte esencial en todas las respuestas de los gobiernos al COVID-19, https://www.un.org/es/coronavirus/articles/servicios-de-salud-mental-respuesta-gobiernos-covid-19, mayo 2020

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