Sé el padre que tus hijos necesitan

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En las últimas décadas en México, debido a la incorporación de las mujeres a la fuerza de trabajo remunerado, se ha incrementado la participación de los varones en el proceso de crianza de los hijos e hijas. Esto se considera algo positivo pues permite flexibilizar los roles familiares y permitir que las mujeres puedan participar de la vida pública.

Anteriormente como parte de las construcciones sociales al interior del seno familiar, se visualizaba al varón sólo como el proveedor del sustento económico, su rol principal giraba en torno al trabajo fuera de casa y a ejercer una figura de autoridad.

Al varón se le había eximido de las tareas paternas de educar, formar, participar y sobre todo ser un soporte afectivo en la vida de sus descendientes generando regularmente con ello una ausencia importante en la vida de los pequeños.

Actualmente con este cambio, el involucramiento de los padres en la crianza ha sido complicado, puesto que en el camino se encuentran con resistencias sociales, psicológicas y culturales, además de enfrentarse al reto de no saber en qué consiste la función paterna y cómo es que se debe ejercer. A pesar de ello los hombres se encuentran cada vez más interesados en participar y ejercer una paternidad activa. Para ello es conveniente saber que como padres es posible generar cambios significativos y positivos al ejercer este tipo de paternidad. He aquí algunas guías que pueden ser de utilidad para lograrlo.

Ante la dificultad de romper con el esquema de representar la figura de autoridad ejerciendo violencia hacia los hijos e hijas justificándose con que así fuimos educados para adquirir disciplina, es necesario saber que los pequeños merecen respeto, tienen el derecho a no ser violentados y a desarrollarse en un ambiente cálido y afectivo para poder estar sanos.

Se puede cambiar ese “chip” estando presente, siendo padres afectivos dando muestras de cariño y generando un ambiente de bienestar e influyendo de manera positiva en el desarrollo de los hijos.

Los hombres también son actores principales de la crianza de sus hijos, pueden ser partícipes del cuidado diario, de llevarlos a dormir, de contarles un cuento o leerles un libro, de alimentarles y de vestirles.

Como hombre también es bueno y saludable enseñar a los hijos a expresar sus emociones y sentimientos, además de fomentar el reparto de responsabilidades del hogar y familiares promoviendo así la igualdad y equidad de los roles de género. Como varón toca promover el ejercicio de una paternidad más amorosa, sin autoritarismo y sin violencia.

Finalmente, como hombre es importante recordar que la paternidad se va construyendo gracias a la experiencia y se irá facilitando y reforzando si se incrementa la participación de paternidad activa desde la etapa prenatal y el vínculo que se genera antes del nacimiento, pasando por la gestación, el nacimiento, la niñez, la adolescencia y la adultez.

El hecho de ser varón no implica imposibilidad de conexión con las necesidades de los hijos, pues no hay que olvidar que se puede ser pilar y pieza fundamental para la construcción de su identidad; seamos creadores y generadores de adultos sanos física y emocionalmente.

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