Hace más de seis meses que el mundo comenzó a “estar de cabeza”, las principales noticias circulaban en torno al nuevo coronavirus que se esparcía rápidamente por todos lados, causando incertidumbre… Como en todo, con el paso del tiempo eso ha ido cambiando, los “picos” en algún momento bajarán y comenzará una forma distinta de ver y de vivir la vida.
En algunos lugares, se ha empezado a reabrir muchos sitios de congregaciones, y aunque los esfuerzos han sido muchos para brindar tranquilidad a las personas respecto a que el virus está siendo controlado, la verdad es que dentro de aquello que está siendo llamado “la nueva normalidad” hay muchas emociones encontradas e incertidumbre, lo cual es totalmente normal frente una situación de tales dimensiones.
¿Qué hacer con esas emociones?, ¿Hay que salir a trabajar con miedo?, ¿Hay que dejar de ver a la familia o amigos? La verdad es que a pesar de estar enfrentando un momento difícil, es importante recordar que es un momento transitorio y que todas esas emociones que en un momento parecen “paralizantes” son circunstanciales, pero no por ello se debe dejar de prestarles la atención que requieren.
Lo primero es identificar qué sensación causa esta situación, ya sea miedo, tristeza, desolación, angustia, etcétera. Y hay que vivir la emoción, es decir, reconocerla y no evadirla, ya que eso lo único a lo que lleva es a que la sensación se intensifique, reconocer también en cuál de las actividades diarias se ve reflejada dicha emoción y cómo interfiere si es que es así. Una vez que esto se logra, será más fácil poder tener un “control” en los momentos donde aparece y poder encontrar también recursos para afrontar el momento, por ejemplo, haciendo cosas que en el pasado han hecho sentir bien, o han llevado a encontrar momentos de tranquilidad en situaciones de adversidad.
Como lo mencioné anteriormente, es importante siempre tener presente que todo es temporal. Incluso la sensación más desagradable, pasará. Una sugerencia es comenzar por observar atentamente aquellas cosas que se hacen en el día a día, desde lo más pequeño hasta las cosas más grandiosas que se pueden lograr (y que pueden llevar a experimentar emociones agradables). Si es necesario, también es importante considerar el apoyo psicológico, sin minimizar las emociones o las reacciones dadas frente a la “nueva normalidad”.
Aunado al cuidado emocional, también es importante seguir con el cuidado personal, la higiene necesaria y todas las medidas de precaución recomendadas por las autoridades sanitarias. Estar prevenidos es importante para seguir cuidándonos y cuidar de los demás.