La maternidad suele convertirse en una experiencia determinante que marca la vida de la mujer que ha elegido ser madre. Al inicio del embarazo y durante el periodo que dura el mismo, recibimos distintas sugerencias y/o recomendaciones de familiares y amigos sobre la forma en que debe llevarse a cabo nuestro parto, sobre la lactancia e incluso acerca de la crianza de los hijos. ¿Cuántas veces no hemos escuchado frases como: “La mujer es fuente de vida”, “el embarazo es una etapa hermosa que se debe disfrutar”, “una vez que nazca tu bebé debes hacer ejercicio para recuperar tu figura”, “una madre debe dedicarse única y exclusivamente a sus hijos”, ¿etc.? De hecho, recibimos también exigencias sobre el cómo las madres deben “sacrificarse” lo suficiente para ser una “buena madre”, pero ¿qué sucede cuando por querer cumplir con esos estereotipos, las exigencias nos desbordan?
Pues bien, cumplir con todas esas exigencias seguramente como madres nos hará sentir frustradas, desgastadas, tristes y hasta decepcionadas de nosotras mismas, sintiéndonos las “madres más malas del mundo”. Sin embargo, es recomendable tener claro que:
-El embarazo no siempre es una etapa que se disfruta pues las mujeres experimentan nauseas, mareos, vómito, dolores de cabeza, etc. La lactancia puede ser una etapa que también se sufre.
-Es normal tener molestias y/o cambios físico-emocionales después del arduo trabajo de parto. También es normal sentirte cansada e incluso abrumada por la situación. No sientas culpa por ello. Como madres tenemos derecho a cansarnos, abrumarnos, incluso a quejarnos.
-No es malo expresar emociones de malestar respecto a la maternidad. De vez en cuando es bueno romper con ese tabú de que en la maternidad todo es color de rosa.
–“Sacrificar” la realización personal y profesional por dedicarnos al 100 % a nuestros hijos puede generar una frustración enorme. Ofrecer a nuestros hijos una expresión de plenitud por ser una madre realizada no nos convierte en las “madres más malas del mundo”.
-Por último, son distintas las formas en que se vive la maternidad. No existe una receta correcta e incorrecta; despojémonos de estereotipos y prejuicios que nos hagan sentir culpables. Podemos aceptar la maternidad tal como es, pues esto no nos hará cambiar el amor que por nuestros hijos sentimos. Al contario, esto nos permitirá ofrecerle una vida plena si comenzamos por reconocer con sinceridad lo que provoca en nosotros la maternidad.
Muy bueno tu articulo, de hecho las creencias también nos desbordan, el que debes bautizar el niño antes de 40 días, debes bañarte con agua de hiervas, cosas que suceden en un momento tan vulnerable como recién dado a luz que simplemente te dejas llevar y te comprometes, si ni siquiera reflexionar un poco si es lo que quieres. Muy bueno tu articulo. Felicidades