Desde mayo de 1922 en México se celebra el día de las madres, una fiesta que agita por completo al entorno social. Semanas antes ya comienzan anuncios en redes sociales y medios de comunicación en general. Se realizan programas dedicados a ellas, sugerencias de regalos, eventos y festivales escolares. Es una de las fechas más importantes del país.
Pero ¿qué es la maternidad? En el sentido estricto es un término concerniente a lo biológico y llaman “instinto maternal” a la experiencia que excluye el ser madre por adopción o creación de una familia reconstituida; pues se considera que se desarrolla a partir del nacimiento de un hijo/a o en el deseo de engendrar.
Esta postura forma parte de una cultura heteropatriarcal que en principio liga a la sexualidad exclusivamente con la reproducción. De acuerdo con datos de Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, 2017), tres cuartas partes (73.3 %) de los 48 millones de mujeres de más de 15 años son madres. De ellas 52.4 % están casadas y 18.8 % viven en unión libre; alrededor del 19 % es viuda, separada o divorciada; y el 9.6 % son madres solteras.
Pero ¿qué hay de las mujeres que deciden no ser madres? Probablemente en la infancia ninguna mujer duda que será madre “algún día”; porque la cultura dicta que serlo forma parte del ciclo vital. Por ello, existen muchísimos juguetes que sirven de entrenamiento, además. Y hay mujeres que tienen uno, dos o más bebés sin siquiera haber meditado si querían, acorde con lo socialmente esperado: terminar o no equis estudios, conseguir una pareja estable y tener hijos. Una lista de instrucciones para vivir la vida.
Después de diversos movimientos feministas, en los años setenta, se crearon los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos, el derecho a disfrutar una sexualidad no ligada a la reproducción; el derecho a decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales; el derecho a la salud sexual y uso de métodos anticonceptivos. Su difusión ha permitido que las mujeres tengan la opción de elegir ser o no madres y el momento en sus vidas para ello.
Las estadísticas también apuntan a que la tasa de fecundidad ha disminuido. Nuestras abuelas tuvieron hasta 16 hijos e hijas, nuestras madres 4 o 5, nuestras amigas dos o ninguno. Ahora cada vez más mujeres deciden priorizar su desarrollo académico y profesional; no siempre con el objetivo de no ser madres. Desafortunadamente, para algunas que sí lo desean, el tiempo pasa y el reloj biológico no espera.
Que se tenga la capacidad biológica, no quiere decir que las mujeres estén obligadas a ser madres. Así como saber leer y escribir no obliga a ser escritor ni a ser un buen lector, tener manos no obliga a ser escultor. Las mujeres necesitan no acceder a las presiones sociales, convencionales ni a los deseos de sus parejas.
La libertad de elegir constituye un trabajo de auto escucha y deriva en la apropiación de sí misma, informada y consciente. Mientras más claros sean para ti tus metas y plan de vida, mejor preparada estarás para asumir tus decisiones. Tal vez no evitarás los comentarios incomodos de familiares y amigos, pero no estarás acorralada; y tampoco tendrás que arrepentirte a los 50 años por no haber tenido un bebé “cuando eras joven”.