Antes de este desequilibrado periodo, muchos de nosotros pensábamos que el amor imposible era un tema de las novelas clásicas, de la poesía, de la pintura, incluso de las telenovelas o de otras expresiones culturales. Tal vez, el amor imposible estaba relacionado a una época adolescente de nuestras vidas o era una anécdota ajena, lo que le pasaba al vecino de al lado que, estando casado, conoció al “amor de su vida”, pero no lo pudo concretar.

 Ya los versos de José Ángel Buesa nos dijeron “…soy consciente de mi destino, que es mirarte de lejos y nada más”. Y quién no recuerda el lienzo de René Magritte (Los amantes), donde se retrata a dos amantes que se besan, impedidos, detrás de los paños que cubren sus rostros. Sí, el amor imposible es un concepto que ha marcado a muchas culturas a lo largo de la historia porque es un sentimiento que causa mucho dolor y frustración.

El confinamiento y las condiciones que actualmente vivimos, provocados por la pandemia de coronavirus, sin futuro previsible, nos ha llevado a separarnos de nuestros seres queridos: padres, hermanos, abuelos, amigos… Pero ¿qué hay de los amantes? Existen muchas parejas que debido al rígido cierre de fronteras (impuesto por algunos países) no han podido encontrarse desde que comenzó esta situación o quienes, incluso viviendo en la misma ciudad, pero, por ejemplo, viviendo con sus padres, no han querido exponerse a llevar el virus a sus casas y han preferido mantener el distanciamiento social con su pareja.

Esta situación no es menor. Alejarse de quien o quienes se ama es también un efecto colateral de la pandemia porque, no únicamente la COVID-19 se ha llevado vidas en el sentido literal, sino también en su significado abstracto. La pandemia se ha llevado planes y nos ha matado a muchos de nosotros, un poco o quizás mucho, internamente. Estar lejos de nuestros seres amados genera también síntomas, más allá de los físicos, y nos hace a todos un poco enfermos.

En la literatura, lo más parecido a este periodo hoy experimentado, es La peste de Albert Camus, donde se narra la historia de una ciudad aquejada por una pandemia. Pero lo que nos importa de esta obra es que hace un relato sobre los sentimientos, con los cuales hoy nos identificamos, de los hombres ante la peste: el deseo de querer volver a atrás, la negación y el tormento de los amantes ante la lejanía.

Tal vez el coronavirus está contribuyendo a la soledad de quienes ya estaban solos y esperaban encontrar un compañero/a este año. Y quizás también está dejando a muchas personas imposibilitadas de vivir el amor con su pareja, generando mucho dolor. Que esto pase, no es poca cosa. Hoy estamos aprendiendo que una pandemia es un mal físico, psicológico, social, económico y también emocional.

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