Los eventos que irrumpen el curso esperado en la vida como la muerte de un familiar, el daño de la salud, la ruptura con la pareja, la pérdida o cambio de empleo, así como las dificultades de la vida cotidiana (vivir inseguridad financiera, síntomas de enfermedad crónica, relaciones interpersonales difíciles; no contar con redes de apoyo social y las situaciones de emergencia ya sea por catástrofes naturales, guerra, entre otras) pueden ocasionar que en este fin de año no puedas pasarla como «debieras».
Toda la vida nos han contado que el fin de año es tiempo para festejar, cerrar ciclos, reencontrarse con los seres amados y ser felices; pero a veces es eso lo que agrava la que ya es una situación difícil.
Quiero decirte que he estado pensando cómo es que esta idea de regalos, amor, paz y felicidad en diciembre es una de las grandes verdades que nos han metido en la cabeza de muchas formas, ya sea en películas, libros, revistas, comerciales de televisión, posts en internet y hasta en la música. Estos son los medios que promueven el «deber ser» en la época actual.
Como toda gran verdad, conviene cuestionar estas ideas, deshebrarlas y repensarlas para vivir de la manera que mejor nos convenga y nos guste, o simplemente como podamos, en vez de seguirla solo porque nos lo imponen, pues acoplarse a las convenciones sociales puede ser muy cansado, incluso opresor. Estas grandes verdades muchas veces se vuelven tiranas.
Cuando en fiestas decembrinas vives complicaciones, ya sea que te encuentras en pobreza, soledad, enfermedad, tristeza o algún cambio que no has asimilado totalmente, es muy probable que no puedas o no quieras agradecer al año que se va y festejar; y está bien, porque estás respondiendo de forma lógica a tu situación actual.
Las emociones que vives son legítimas, ya sea ira, frustración, molestia, tristeza, o cualquier forma de sentirte son parte de un proceso de acomodación a la nueva situación y son temporales. Por eso, te ofrezco la idea de vivir estas fechas como esté bien para ti, haciendo lo que consideres necesario hasta donde puedas, liberándote del «deber ser»; porque pienso que la forma de responder de las personas es parte de la diversidad humana y es justo ahí donde se observa la riqueza que tenemos como especie.
Pienso que todos los modos de vivir estas fechas son válidos, mientras no sean nocivas para nuestros semejantes. También quiero compartirte algunas preguntas que tal vez puedan servirte para afrontar esta situación: ¿Qué otras dificultades de la vida has logrado superar? ¿Cómo le hiciste? ¿Cómo esas experiencias te prepararon para afrontar tu situación actual? ¿Qué otras experiencias de tu vida te prepararon para afrontar esta situación?
Por ahora solo me queda despedirme, enviándote un abrazo y deseándote que logres los cambios que quieres para ti.