Nota inicial: aunque yo escribí esta carta, son las palabras de siete amigos las que en ella se encuentran, – que como diría Fernando Pessoa – son las que encarnan “…la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas…”
Ciudad de México. Julio, 2019
A quien corresponda:
Por medio de la presente nos dirigimos a usted y a sus dudas; a usted y a sus esperanzas.
Queremos platicarle que reconocer quiénes somos ha implicado trabajar por aceptarnos en todas las facetas de nuestras vidas, logrando tener mayor libertad y tranquilidad. Hemos conseguido esto solamente por momentos y en contextos específicos, ya que sigue resultando complicado admitirlo con total apertura frente a algunas de nuestras familias, por temor al rechazo o a la incomodidad; platicarlo con nuestros padres ha llegado a ser doloroso, ya que hemos visto que en ocasiones les resulta difícil comprendernos, muchas veces prefiriendo cambiar el tema haciendo como que no pasa nada para así sentirse menos tristes. Comentarlo abiertamente en nuestros trabajos también ha sido un reto, ya que surge el temor a ser señalados; y andar por la calle sin fingir, en ocasiones se siente como una hazaña, por la violencia y las miradas con prejuicios que pueden atentar en contra de nuestra seguridad.
Aunque no lo parezca, algunos días es difícil admitir quiénes somos (incluso frente a nosotros mismos). En esos espacios íntimos se “cuelan” sentimientos de vergüenza y culpa, productos de una sociedad que cree que es inadecuado o “enfermizo” todo aquel que no pertenezca a la supuesta mayoría. Ojalá aquellos momentos en los que llegan con fuerza esos fantasmas y ansiedades aprendidas socialmente no aparecieran jamás, pero hemos aprendido que también esto es parte del proceso.
Pese a que muchas veces usamos la discreción y la cautela, para elegir adecuadamente a las personas con las que nos permitimos mostrar nuestras vulnerabilidades, preferiríamos que no fuese necesaria tal elección, ya que seguimos soñando con una sociedad que no lucha por matar (real o simbólicamente) a quien considera distinto.
Actualmente desempeñamos nuestras profesiones en las salas de concierto, los consultorios de psicoterapia, los laboratorios, las aulas y las empresas y a lo largo de nuestras carreras hemos tenido diversos logros, a menudo usando la discreción en los temas privados para que no exista la posibilidad de ser perjudicados por quienes no toleran a los que salimos del closet.
Aunque no lo parezca, para nosotros, vivir desde la disidencia ha sido un posicionamiento político y ético que cuestiona la cultura heteronormativa, al género como una construcción binaria y tiene que ver con insertar o colocar la idea de la diversidad como algo inherente a las personas, pero también la diversidad como un espacio de resistencia que desafía las normas que nos vuelven inflexibles no solamente en términos afectivos o eróticos, sino en términos corporales.
Hemos luchado por aprender a ver la diferencia con alegría, a evitar culparnos por ser quienes somos, a reconocernos, nombrarnos frente a los que estimamos, a dejar de pensar que debemos corregirnos, a sobrevivir si nos corren del trabajo o de casa.
Afirmamos frente a usted que seguimos creyendo que es posible amar construyendo las relaciones que cada quien elige para su vida. Querer sin miedo, vivir con entusiasmo y sin mutismo.
Afirmamos frente a usted que seguimos luchando para ser sin simulaciones.
Atentamente
Iván Salazar, Roberto Santos, Carlos Arellano, Mariana Muñoz, Noé Moreno y otros.
Que maravilla que rescates las voces desde adentro Fabiola. Me sumo a ellas.
Gracias Nara. Un cordial saludo.
Nara. Que gusto leerte. Abrazos.
Fabiola, una vez más me haces reflexionar, en este caso, a través de la voz escrita de tus amigos que no es indiferente del sentir humano. Una vez más constato la ilusión de lo que debe ser y no ser en las personas, olvidando así el poder de elección y respeto al otro.
Un abrazo.
Gracias Alan. Un cordial saludo.
Alan, que gusto leerte. Abrazo de vuelta.
Se siente bonito en el corazón, leer las voces de la esperanza.
Y da esperanza leer voces de entusiasmo y autenticidad, con su dosis de miedo (que ojalá no estuviera ahí) pero que sin duda, son voces que no están solas, porque habemos muchxs aliadxs con el corazón dispuesto a acompañar.
Humberto, fue una grata experiencia tener la oportunidad de recuperar esas siete voces. Gracias por tu comentario.
Otra puerta que vislumbra un camino diferente en la forma de pensar y de reflexionar, gracias por compartir maestra Fabi, saludos!
Elizabeth, abrazos para ti. A continuar abriendo puertas e inventando ventanas.
Hola Fabi, muchas gracias, excelente reflexión, me parece que lo importante es amar y ser amado con libertad y sin miedos. sería genial romper con tantos pensamientos negativos y construcciones sociales que solo llevan a la destrucción del ser humano, se evitaría mucho dolor.
Un abrazo!
Claudia, abrazos de vuelta.