En el sofá estaban leyendo Salutare
cuando tocó a la ventana,
una señora de negro,
llamada La muerte mundana.
Vino por los lectores de enero
febrero y noviembre
que solían leer de mañana.
— Vengo por los que andan con ansiedad,
depresión y bipolaridad.
— Señora, nosotros no estamos enfermos
leemos pa’ entender la humanidad.
— Su revista se ve interesante,
les daré una oportunidad,
pero solo si me la prestan
de aquí hasta la navidad.
— Eso no será necesario,
pues la encuentra en versión online.
La calaca se fue muy contenta
con un peculiar gesto solitario
y su tradicional caminada lenta.