De inicio para poder abordar el tema sobre la salud mental es conveniente conocer de qué trata. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad” [1].
La salud mental tiene mucho que ver con el contexto familiar, cultural, económico y social en el que vive un individuo. En México, por ejemplo, existe ese tabú cultural de que al psicólogo sólo acuden ‘los locos’ además de cierto prejuicio respecto a la necesidad de solicitar atención psicológica e incluso falta de información del quehacer del psicólogo y las diferentes terapias psicológicas que existen. Es conveniente entender que quien acude con un profesional de la salud mental no es alguien que está loco, sino que es alguien que requiere de ayuda para mejorar los aspectos de la vida que resultan agobiantes.
De pronto las personas se enfrentan a situaciones de la vida que las sobrepasan, las asimilan como un reto y estas mismas originan crisis que derivan en conflictos emocionales, familiares y sociales, pensamientos irracionales e incluso pueden transformar trastornos psíquicos en síntomas orgánicos, esto es cuando la persona presenta dolencias físicas derivadas de lo mental. Algunas de las situaciones que llegan a generar tales situaciones son:
- Presentar sentimientos incontrolables de desesperanza, impotencia y frustración ante cualquier situación. Sentir vivir en días que transcurren de manera caótica y problemática. Vivir invadido por la tristeza y el desánimo.
- Tener miedos irracionales, temores inusuales que estén creando problemas sustanciales y limitaciones, así como dificultades para resolver conflictos.
- Efectuar hábitos no saludables además de manifestar adicciones y abusos a sustancias.
- Experimentar problemas relacionales de pareja, con la familia, amigos y/o laborales.
- Cambios inmanejables ya sea de residencia, laboral, familiar, etc.
- Pérdidas no sólo de un ser querido sino de la salud, materiales, de trabajo, ruptura de pareja o amistades, pérdidas ligadas al desarrollo es decir las relacionadas al ciclo vital.
Cuando se enfrenta lo anterior algunas veces resulta útil reconocer que se requiere de ayuda externa y qué mejor que sea de la mano de un profesional que está capacitado para proporcionar ese acompañamiento. A veces resulta liberador identificar que acudir con un psicoterapeuta dota de herramientas y habilidades que permiten apreciar que los problemas no se resuelven solos, que a la hora de escuchar el profesional podrá ser objetivo ante la problemática y proporcionará una visión diferente de lo que acontece, implica ser escuchado por alguien que no emitirá ningún juicio y aportará un tratamiento adecuado respecto a las necesidades de cada quien.
Resulta favorable considerar a la psicoterapia como una opción cuando se requiere cambiar ideologías y comportamientos que merman nuestro día a día.
La psicoterapia es un tratamiento de colaboración basado en una relación bidireccional. Acercarse con un profesional de la salud mental cuando se requiera es también un componente básico del cuidado de salud en general.
1 Organización Mundial de la Salud (2013). 10 datos sobre la salud mental. Consultado: Agosto 2019. Recuperado de: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/mental_health_facts/es/index5.html